En un ambiente lleno de jóvenes artistas deseosos de ofrecer al mundo de la música un estilo nuevo y lo más moderno posible, Eamon ha llegado de repente a nuestras vidas, convirtiéndose en uno de los líderes más innovadores del momento. En vez de limitarse a seguir los caminos abiertos anteriormente por otros artistas, esta estrella procedente de Nueva York ya ha empezado a impresionar a todo el mundo con un estilo personal que sin duda será seguido e imitado muy pronto por cientos de artistas, un género conocido como "ho-wop".
Eamon forma parte del mundo de la música desde que tenía 9 años. Ya entonces solía participar en algunas de las actuaciones del grupo de su padre, una banda de "doo-wop". Cuando cumplió 15 años conoció al productor y compositor Milk Dee, que había trabajado con artistas de la talla de MC Lyte, Janet Jackson, Mary J. Blige y Sinead O'Connor. Milk Dee y Eamon, junto con los productores Mark Passy y Yared Williams, del selo neoyorquino First Priority Music Group, NYC, descubrieron que existía una química muy especial en aquel joven intérprete.
"Es una mezcla entre el hip hop más duro y el "doo wop" más suave", afirma Eamon, de 20 años, con una inequívoca muestra de orgullo. "Se trata de algo totalmente mío, algo que se me ocurrió casi sin darme cuenta. Nunca me ha gustado hacer las mismas cosas que los demás, eso me parece algo aburrido. Quiero ser original y destacar por mí mismo".
Todo empezó con el lanzamiento del single F**k It (I Don't Want You Back), una canción que se ha convertido en muy poco tiempo en un auténtico himno para todos los que alguna vez se han sentido defraudados por su pareja. La canción mezcla a la perfección el ambiente que todos podemos encontrar en las calles de cualquier ciudad con el entorno musical ideal que sólo ofrecen las grandes canciones de amor de estilo pop. Sin embargo, en este caso la historia no se desarrolla alrededor de la chica que ha sido engañada o abandonada por su chico. Esta vez las cosas ocurren al revés, y es el chico quien decide plantar cara a su chica diciéndole que las cosas ya no pueden continuar así.